lunes, 27 de octubre de 2014

El Aula es muy Exigente.

Hoy quiero reflexionar acerca del aula. De su exigencia. De su importancia. El aula es el lugar donde se producen las transformaciones educativas. Es el lugar donde a uno no le queda más remedio que enfrentarse a la realidad educativa. Una realidad que tiene nombres y apellidos. Una realidad compleja con la que es harto difícil lidiar. Tener delante a 30 alumnos exige mucho por parte del docente. Más allá de la metodología, hay muchas personas con diferentes necesidades y actuaciones. Una heterogeneidad que, más allá del buenismo a la hora de elegir una metodología u otra, hace que la realidad sea siempre la que marque nuestro quehacer diario. Sí, lo tengo claro… la exigencia máxima para un docente se da en el aula. Los sermones de la montaña sirven para recargar pilas pero, más allá de lo anterior, donde nos dejamos la piel es en esas horas en las que estamos rodeados de nuestros alumnos. Es muy exigente dar clase con tantos alumnos. Mucho más que publicar panfletos acerca de las TIC o hablar de posibles mejoras del sistema educativo. Puede haber docentes buenos, malos y regulares pero, cualquiera de los que se hallan en las aulas, están dando lo mejor de ellos (sí, incluso el que sigue un libro de texto). No es tan fácil librarse de la exigencia en un contexto como es el aula. Nada fácil por las necesidades del guión. Hay docentes que son unos auténticos cracks en tecnología educativa que se van fuera del aula a vender el uso de lo anterior. No tiene ningún sentido. ¿Qué sentido tiene que los conocedores de las nuevas herramientas se dediquen a hacer apostolado de las mismas entre sus compañeros? ¿Qué sentido tiene vender maneras de hacer cuando lo importante es hacer? ¿No se merecen más esos alumnos que sus docentes? ¿No deberíamos cambiar prioridades? ¿No será que confundimos el sentido de la profesión docente? Sí, cuesta. Cuesta mucho hacerse con los alumnos cada día. Llevo más de quince años en esto y cada día es algo diferente. Hay demasiadas situaciones imposibles de controlar. Cuestiones que dependen bien poco de lo que puedas hacer y mucho de combinaciones aleatorias. Pero, a pesar de ello, lo intentas. Todos los docentes lo intentan. No conozco a ningún docente al que los alumnos no le exijan. No conozco a ningún docente que no acabe cansado al acabar el día. La docencia cansa. Y aún más todo lo que conlleva asociada. Cada vez me preocupa más la realidad del aula y su exigencia. Cada vez menos el sermón fácil en auditorios que poco representan lo que sucede en esos espacios de trabajo del docente. No somos vendedores ni tertulianos. En mi caso y en el de todos mis compañeros de aula, simplemente, docentes. http://www.xarxatic.com/el-aula-es-muy-exigente/

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